¿Quiénes somos? ¿Y cómo y por qué sabemos quiénes somos? ¿Desde cuándo nos reconocemos como "yo mismo"? Todas estas preguntas se resuelven con una sola palabra: autoconcepto.



¿Qué es el autoconcepto? Es la construcción mental que cada uno tiene de sí mismo, la percepción física, académica, social, etc. del yo. La conciencia de uno mismo es, en definitiva, todo aquello que atribuimos como propio, todas aquellas piezas que consideramos que nos conforman como somos, y es un pilar fundamental para la autorregulación y la identidad (¡aspectos de los que hablaré en futuras entregas!).

¿La conciencia de sí mismo nace o se hace? El autoconcepto no es algo innato; no nacemos sabiendo que somos uno, diferente a los demás, y con unas características propias. En realidad, aprendemos quiénes somos con la experiencia y, en consecuencia, nuestra construcción mental del yo es dinámica. Es decir, que el autoconcepto no se consolida de una forma definitiva, sino que va modificándose gradualmente a lo largo del tiempo por las diferentes experiencias vitales por las que atravesemos.

¿Cuándo aparece la conciencia del yo? Gran parte del desarrollo del yo ocurre durante el primer año de vida, pero la metarrepresentación del yo no aparece hasta la mitad del segundo año. Dicho de otra manera, durante el primer año, el bebé "sabe", pero no es hasta los 2 años de edad cuando el bebé "sabe que sabe".

¿Cómo aparece? Se desarrolla dentro del marco de las interacciones sociales, a través de la desagregación o separación del individuo con respecto a los demás, del bebé con respecto a sus cuidadores. Estos últimos son los encargados de la estimulación constante del bebé y, por lo tanto, son los que más interactúan con él, y con los que el bebé establece unas relaciones afectivas más fuertes e íntimas. Poco a poco, estas relaciones se van haciendo aún más fuertes e íntimas, al mismo tiempo que se van diferenciando unas de otras; cada cuidador tiene su forma propia de interactuar con el bebé, a la vez que el bebé, gracias al desarrollo de distintas capacidades cognitivas, tiene su forma propia de interactuar con cada cuidador.
 
¿Cómo se manifiesta? A través del autorreconocimiento, o lo que es lo mismo, la percepción de uno mismo como una entidad independiente a los demás.

¿Cómo se mide?  Actualmente, a través de la evaluación del autorreconocimiento visual, aunque la investigación sigue abierta a nuevas alternativas. Alrededor de los 18 meses (o, lo que es lo mismo, el año y medio de vida), los niños manifiestan claramente la capacidad para reconocerse a sí mismos frente a un espejo; este método es conocido como la prueba de la mancha.


Como se puede ver en el vídeo, esta prueba consiste en hacer una pequeña mancha roja en la frente del bebé, y más tarde se le lleva frente a un espejo; si el niño ve la mancha y señala al espejo, podemos inferir que aún no es capaz de reconocer esa imagen reflejada como suya propia, mientras que si se toca o señala su frente, concluimos que el niño reconoce su imagen y sabe que la mancha está en su cabeza y no en "el otro niño al otro lado del espejo".


Para terminar... Como ya he señalado antes, el autoconcepto es dinámico y puede variar a lo largo de nuestra vida, gracias (o, a veces, por culpa de) nuestro intercambio constante y continuo con los contextos a los que pertenecemos.




REFERENCIAS:
Bertenthal, B. I., & Fischer, K. W. (1978). Development of self-recognition in the infant. Developmental Psychology, 14, 44–50.
Brownell, C. A., Zerwas, S., & Ramani, G. B. (2007). "So Big": The Development of Body Self-Awareness in Toddlers. Child Development, 78, 1426–1440.
Lewis, M., & Ramsay, D. (2004). Development of selfrecognition, personal pronoun use, and pretend play
during the 2nd year. Child Development, 75, 1821–1831.


2 Comments

  1. Julia te recomiendo el libro Lejos de mi, ensayo sobre la identidad, de Clément Rosset, trata el tema del reconocimiento de uno mismo pero desde el ámbito filosófico. Por qué se le da tanta importancia al yo, la búsqueda de uno mismo y blablabla. Te lo lees en dos días porque es muy cortito, pero da que pensar.

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    1. ¡Muchas gracias por la recomendación y la visita, Helena! :)

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